lunes, 18 de mayo de 2020

PRESENTACIÓN DEL POEMARIO "SAUDADE DEL MAR"




En noviembre de 2019 publiqué mi primer poemario Saudade del Mar.

La primera vez que escribí un poema tenía once años. Esos versos de mi niñez brotaron después de leer Antología (Rimas, Leyendas, Cartas Literarias y Artículos) de Gustavo A. Bécquer. Esta antología fue el primer libro que leí de poesía. Mis padres instalaron en mi habitación una nutrida y variada biblioteca en la que predominaban los clásicos: novelas, libros de poesía y ensayos que todo ser humano debería leer para alimentar el alma, elevar el espíritu y crecer en conocimiento. La composición poética que plasmé en las hojas blancas de un cuaderno -de espiral- eran propios de una niña de espíritu tranquilo pero con inquietud por aprender; por despejar incertidumbres; por viajar a realidades paralelas; por entender mi mundo interior; por encontrar respuestas a las preguntas existenciales que iba construyendo en una mente que ya había despertado a la Literatura, la Filosofía y la Historia. 

He escrito muchas palabras, en prosa y en verso, desde aquellas primeras composiciones. Comencé escribiendo en cuadernos de pensamientos todo lo que pasaba por mi mente (reflexiones, poemas, canciones, dibujos...) y seguí con los cuadernos de viajes, hasta hoy. Guardo en cajas los cuadernos que he ido escribiendo durante el camino de mi vida.


En mi camino:

He publicado cuatro libros: una guía de recursos, un libro de relatos, un ensayo y un poemario.

He elaborado temarios para los cursos de formación y ponencias que he impartido; y dossieres para proyectos sociales y culturales durante más de una década.

He participado con artículos en libros de medicina paliativa; en libros conmemorativos; y en revistas de vida sana. 

He participado en antologías poéticas, en revistas de poesía y en plataformas literarias (en internet) con varios poemas. 

He escrito y editado cinco libretos para recitales literarios. 

Y llevo varios años escribiendo el próximo ensayo que voy a publicar.


En 2014 mi vida dio otra vuelta de tuerca para volver a desaprender lo aprendido. Desde aquel año he ido escribiendo, en prosa poética y en verso, los sentimientos y pensamientos que han fluido por el río de mi vida. A todo el torrente de palabras y circunstancias lo tildé como saudade. Una palabra que me traía aromas de mi añoranza, de los diferentes estadios por los que ha pasado mi alma. Durante un año estuve recopilando y seleccionando los poemas que formarían parte del poemario.



SAUDADE DEL MAR 












Existe un sentimiento profundo que habla de la añoranza que se siente cuando se está lejos de alguien o de algo; y de la necesidad de poner fin a esa distancia: la saudade. Este es el latir del poemario; el motivo que me llevó a escribir, en prosa poética y en verso, lo que sentí cuando echaba de menos el Mar (Cantábrico) y un tiempo pasado.

He hilado Saudade del Mar con versos que hablan de mi vida junto al mar; del ‘dolorido sentir’ cuando se está lejos de lo que se echa de menos; la realidad que lleva a tener otra perspectiva del pasado y del momento presente;  los sentimientos que afloran cuando se pone fin a la distancia física y emocional que aflige al alma; la esperanza e ilusión que se vislumbra en el nuevo camino de vida; los momentos de pura felicidad, de silencio y de conexión con la naturaleza; los amores del pasado y del presente; los lugares que han despertado el recuerdo de lo que viví y sentí...


SAUDADE DEL MAR



Observaba aquella tela
de color azul océano
que cubría mi cuerpo herido.

Pero, el mar, mi añorado mar
¡se encontraba tan lejos!
Lamentablemente,
más de lo que hubiera deseado.

Me encontraba
a más de ochocientos metros
sobre su nivel.

Echaba de menos el mar
con los cinco sentidos:
el sonido de las olas
cuando rompían al llegar a la orilla,
al espigón de la Zurriola,
a El Peine del Viento.

El sonido de las gaviotas
que pululaban por el faro;
mi paraíso recurrente
y mi refugio para llenarme de vida.
   
La arena de la playa
que se deslizaba entre mis manos
para dibujar formas sinuosas
y que viajaba por cada poro de mi piel.

El agua salada que mojaba mi cuerpo
y refrescaba mi espíritu.

El olor a salitre que me impregnaba
y que me llevaba a mi infancia,
a los domingos de paseos por el Náutico,
los días de playa en Fuenterrabia,
los paseos en barca hasta San Juan,
las mañanas de juegos en Gros,
las tardes con amigos en Ategorrieta.

La perspectiva de la inmensidad del mar
que siempre ha viajado conmigo
desde mi niñez
hasta este momento.

Sólo deseaba volver a oler
la maresía
y encontrarme en casa de nuevo;
volver a sentir el prime time
de mi existencia.

© Almudena Torres C. de Pedro
San Sebastián, 2014